
Con casi 1.7 millones de dólares en cobros en vivo, pero aún sin ese gran resultado consagratorio, Pierre Calamusa llegó a Las Vegas
con un objetivo claro: dejar huella en las World Series of Poker 2024. Esta vez, eso sí, con un enfoque más familiar que fiestero. Acompañado de su pareja y su hija, el francés dejó atrás las noches de clubes para instalarse en una villa compartida con el compañero de equipo de Winamax Davidi Kitai
y sus respectivas familias.
En el siempre desafiante US$10K 6-Max, Calamusa arrancó el Día 2 con 182.000 fichas (73 ciegas grandes), y mientras las cámaras del programa En la Mente de un Pro captaban cada decisión, el grinder dio una clase magistral de disciplina, análisis y temple.
La acción fue intensa: bluffs estratégicos, lecturas precisas, spots teóricos ejecutados con calma, y decisiones complejas frente a rivales de la talla de Stephen Chidwick , que tiene cerca de 66 millones de dólares en ganancias en torneos en vivo, según HendonMob. Pierre lo enfrentó todo sin titubear, incluso con un jugador enfermo en la mesa, situación que lo hizo ponerse mascarilla para evitar contagiar a su hija.
Su stack fue creciendo mano a mano hasta alcanzar los 300.000 puntos. “Es ahora cuando las estrategias cambian”, reflexionó, consciente de que la burbuja se aproxima y cada movimiento cobra más peso.
Las emociones siguen a flor de piel, pero Pierre se muestra más maduro, más centrado. “Antes me perdía, ahora soy más trabajador. Tengo una hija, una responsabilidad… pero las ganas siguen intactas.”
¿Será este el torneo del francés? Por ahora, las cartas están en el aire y las cámaras encendidas.